Busca esa cosa

viernes, 26 de marzo de 2021

ALKALOID - Liquid Anatomy (2018)

Liquid Anatomy: música viscosiforme

Esto de los supergrupos siempre ha sido un pozo insondable y, en un porcentaje amplio, un modo de satisfacer los onanistas impulsos de sus integrantes. Los ha habido de todo calibre y pelaje, la mayoría de ellos o reiterativos (por no aportar nada nuevo respecto a los grupos madre) o prescindibles (por  no aportar nada interesante en definitiva). Afortunadamente ALKALOID es una deslumbrante excepción que confirma la regla, pues con sólo dos discos han dotado de personalidad, elegancia y una pasmosa habilidad para hacer fácil lo difícil a un engendro que podría haber sido sólo un sucedáneo de una de sus bandas matriz, los magníficos OBSCURA. Pero vamos por partes en esta vivisección alienígena.

Christian, Morean, Hannes, Danny, Linus: Los Nuevos Mutantes

Como todo supergrupo, hay que proceder a la disección de sus miembros (esto ha sonado muy raro), veamos. Arrancamos miembro con Morean, el voceras y guitarrista de los estupendos blackers melódicos DARK FORTRESS y también en NONEUCLID, aquí adoptando una variedad de registros asombrosa que nos lleva desde unas voces limpias que rozan el falsete a unas guturales de espanto cósmico, pero que curiosamente apenas coquetea con su timbre más black. Christian Münzner (ex-OBSCURA, ex-NECROPHAGIST) y Danny Tunker (ABHORRENT, ex-ABORTED) completan las seis magistrales cuerdas con precisión quirúrgica y buen gusto cósmico. Al bajo (¡y qué bajo!) Linus Klausenitzer (ex-OBSCURA, también de los NEONUCLID), y completando combo de ensueño, un espectacular Hannes Grossmann a las baquetas (ex-NECROPHAGIST, ex-OBSCURA, bestia parda que ha colaborado últimamente con ese mito llamado Thomas Gabriel Fisher en sus TRIPTYKON). 


Arrancan juguetones, transparentes, casi luminosos. Los primeros compases de Kernel Panic son una respetuosa reverencia al peculiar rock de CYNIC, tal cual, y eso los honra. Después la cosa se brutaliza como tiene que ser, pero sin perder un pie en los tirabuzones melódicos y descubrimos lo que va a ser la mayor constante del disco: sus alienígenas dinámicas sonoras. Con As Decreed By Laws United la cosa se pone seria con un ritmo a medio tiempo marcial, arrastrado y atemorizante con ecos a los MORBID ANGEL cuando se ponían lentorros, te señalaban con el dedo y tú te acojonabas, con un Morean dándolo todo en su registro más gutural de hacer gárgaras. Tras un interludio ambiental, el tema retoma las hostilidades y Morean te canta al oído como una serpiente siseante. Azagthoth continúa la sana costumbre de honrar dioses primordiales (Cthulhu ya fue invocado en su primer disco) con un arranque de sabor oriental bastante esquizoide, coros cavernícolas con ataques de guitarra que se apagan en el infinito y una sensación general de caos que a cada segundo parece que va a perder el control. El tema título arranca con unas acústicas que llevan al progresivo setentero con unas entonaciones limpias a lo Alice Cooper, guitarras solistas elegantes y un crescendo que, sin embrgo, no le hace perder cierta cualidad baladística, que nadie se asuste: funciona. In Turmoil´s Swirling Reaches regresan los ecos de CYNIC (posiblemente la mayor influencia de esta gente, escuchad como aporrean ese bajo), los ritmos juguetones, contrapuntos, ritmos irregulares y un trabajo de guitarras para enmarcar. Interstellar Boredom se va construyendo poco a poco, como a mí me gusta. Ritmo obsesivo donde las distintas capas sonoras van sumando densidad, voces limpias, guturales y rasgadas dialogan entre sí mientras los instrumentos compiten en un magma mutante por ver quién conquista el Universo. Oír para creer, amigos, pura crema. El apocalipsis se desata con ·Chaos Theory and Practice, que comienza a toda potencia pero que a mitad del trayecto vuelve a transformarse con unas rítmicas juguetonas dirigidas por la voz más limpia de Morean (este tío se sale todo el rato) y, de nuevo, una estructura que entra y sale constantemente en un vórtice de caos. Sus ocho minutos largos pasan como un suspiro por tu cerebro.

Tocan mejor que tú

Por si no había bastante, cuando llevamos 40 minutos de viaje musical, los germanos dan un puñetazo en la mesa con Rise of the Cephalopods, el opus magnificus, que roza los ¡20 minutos! "No son formas, son alardes" que diría el Pazos de AIRBAG. Queda a vuestra discreción si cascar esto al final de un disco que ya tenía una duración estándar es bienvenido o una muestra de poderío redundante. Lo que ya os digo es que la cosa no tiene grasa, es puro músculo bien pautado en varios tramos, y en conjunto el tema que más puede recordar a los últimos OBSCURA (la banda madre). Además juegan con un curioso concepto: a modo de caleidoscopio, poco a poco comienzan a repetir riffs y estribillos de otros temas, como el que deconstruye una tortilla de patatas, para crear algo nuevo pero familiar al tiempo. Lo mismo, por cierto, que hicieron los maravillosos VOIVOD en el último tema de su último (y gran) disco The Wake, también editado en 2018. Curioso. En todo caso, pasmosa la facilidad de ALKALOID para hacer entretenido un mamotreto de este calibre.

Morean, este chaval se sale

A ALKALOID la etiqueta de death metal técnico se les queda, obviamente, muy corta. ALKALOID han alcanzado la cuadratura del círculo, han conseguido hacer un tipo de metal extremo progresivo donde lo técnico y virtuoso está ahí, pero sobre todo en las estructuras y la construcción de los temas, no en los alardes instrumentales onanista-soporíferos que te hacen sangrar por la nariz, desconectar las neuronas y arrancar el bostezo. Este tipo de subgénero metalero también puede ser juguetón, divertido, aventurero y muy entretenido. Hasta en las brillantes letras, una vuelta de tuerca a los clásicos horrores cósmicos y metafísicos que a veces rozan el vacile y lo sarcástico. Profundamente infeccioso, Liquid Anatomy es un discazo de principio a fin.


CABEZAS




- Lo mejor: no te desengancha ni un minuto

- Lo peor: el peligro de que esto no tenga continuidad


martes, 16 de marzo de 2021

THE GATHERING - Parte 1 de 2

Hoy toca rescatar del s.XIV un texto que escribí para un blog prehistórico. Rescatar literalmente, antes de que sea engullido en el ciberespacio más allá del Muro Negro. Como el tiempo es un cabrón implacable me he permitido el lujo de actualizar movidas, volver a manosear mis propias palabras, dialogar con mi yo del pasado. El resultado del experimento ha sido que THE GATHERING siguen siendo un grupo totalmente relevante en mi vida, y por muchas razones. Eso es un puto tesoro. Así que aquí va la primera parte (sólo hay dos) de un sensorial y resulta que muy personal recorrido a través de la discografía de THE GATHERING, centrada sobre todo en la multicolor etapa Anneke. Ya saben: no importa el destino, sólo el viaje. Disfruten del trayecto.


THE GATHERING: delicias holandesas

El 7 de junio de 2007 Anneke Van Giersbergen abandona THE GATHERING. Terremoto en la escena. Terror en el supermercado, horror en el ultramarino. La mujer de las cuerdas vocales de otro planeta, la del peinado arco-iris, la del apellido de cerveza, ella, LA VOZ de THE GATHERING se baja del barco para emprender vuelo en solitario. Anneke se larga del grupo al que ayudó ha hacer muy grande. El resto del grupo afirma en su web que "no han podido retenerla" (!), pero que ellos siguen adelante con idea de editar nuevo disco a finales de año, con nueva vocalista. Y así fue: Anneke ha editado un capazo de discos en solitario y ha fundado alguna que otra nueva banda, amén de millones de colaboraciones con otros músicos. Mientras tanto THE GATHERING continuaron quejumbrosamente sin ella. Pero eso es otra historia, y debe ser contada en otra ocasión. Ahora cerrad la escotilla que viajamos al pasado remoto.


Ciclo 1: gruñidos en el bosque (etapa pre-Anneke)

THE GATHERING  nace como proyecto personal de los hermanos Hans y René Rutten allá por 1989, en la ciudad holandesa de Oss, justo en el momento de explosión del death/doom europeo, estilo que nace por esas fechas en Inglaterra con PARADISE LOST (ahí siguen, putos jefes), ANATHEMA (transmutados en rock psicodélico), CATHEDRAL (descansen en paz, titanes) o los excelsos MY DYING BRIDE (la otra niña de mis ojos). Sus colegas holandeses avanzan por la misma vía con CELESTIAL SEASON (hoy dándole al stoner rock) e inventos más estrambóticos como los magníficos y poco reconocidos ORPHANAGE o los inclasificables PHLEBOTOMIZED (de regreso al ruedo el año pasado). Todos bebieron de las mismas fuentes: el doom de dinosaurios vivientes del rock como BLACK SABBATH o CANDLEMASS, a las que se añaden esas voces guturales bien moduladas y, sobre todo, la inclusión de elementos melódicos impensables hasta entonces en un grupo de death metal, con el permiso de CELTIC FROST, como el piano y teclados en general, violines y orquesta cuando hay presupuesto, flautas y guitarras acústicas. El resultado: una música agresiva pero de una incontestable belleza decadente, de tempos más bien lentos y temática romántica/oscura (muerte y desazón existencial por doquier), que sigue los pasos líricos de los románticos ingleses y franceses, desde Lord Byron hasta Rimbaud. Por aquellos tiempos este death metal se degustaba en sillón de oreja y con copa de absenta, amig@s.

1992: sólo me quiero morir

En este excitante contexto musical, benditos noventas, y con el entrecejo fruncido de los mas true, THE GATHERING publica su primera maqueta, "An Imaginary Symphony", trabajo que les da a conocer en su ciudad natal y en el underground europeo. Dos años después consiguen su primer contrato discográfico, y en 1992 publican su ópera prima, "Always", una excelente muestra de death/doom hipermelódico con los profundos gruñidos de Bart Smith y unas composiciones memorables que ya dejan entrever un evidente gusto por la melodía y cierta tendencia progresiva (ya nos encontramos con flautas, percusiones, teclados y ¡un triángulo!). Un par de temas, muchos años después, serían adaptados en un concierto semiacústico de la banda: los temazos fueron "The Mirror Waters" y "Stonegarden", lo que demuestra que una buena canción lo es en cualquier formato. Deliciosamente fresco, intenso y noventero, había nacido un pequeño clásico de la nueva escena europea, y muchos oídos prestaron atención a un país tan poco dado al metal como era Holanda.

Doom minimalista


Esos mismos oídos repudiaron de inmediato su segundo trabajo, el que casi se los lleva por delante. 
"Almost a Dance" de 1993 es un disco fallido desde todos los puntos de vista, sin fuerza, gris y con un nuevo vocalista que provenía de la escena punk tras la salida del estupendo Bart Smith, que nunca se acopla a unos temas sin inspiración. Expulsión del nuevo voceras, crisis en el seno de la banda, rumores de disolución... Un negro futuro.

Memoricen la portada: se lo pueden saltar


Ciclo 2: Anneke, la luz en las tinieblas

La bella y las bestias

En 1994 THE GATHERING deciden seguir adelante y comienzan las audiciones para encontrar nuevo vocalista. Tras meses de vagar en el desierto con todos los gruñidores de la zona, llega el milagro. Sólo son necesarios tres minutos en el local de ensayo para que los hermanos Rutten tengan una conmoción cerebral: "estábamos buscando el mejor vocalista posible porque sabíamos que con este disco nos lo jugábamos todo, algo en la línea de Bart Smith, con fuerza y personalidad, y de improviso nos encontramos con uno que, de inmediato, hizo replantearnos TODOS nuestros conceptos preconcebidos acerca de cómo tenía que sonar la banda: además de una voz simplemente prodigiosa, tenía una intuición musical única y una pasmosa facilidad para desarrollar líneas vocales. Se acopló como un guante a los temas que ya teníamos preparados para nuestro tercer disco. Sólo había un "problema": nuestro vocalista era una chica". Recordad que en 1992 las cosas no eran como ahora. Así es, Anneke van Giersbergen, una pequeña holandesa de sólo 22 años con breve experiencia en algún grupete de jazz amateur, ya está dentro de la banda. Ellos anuncian que tienen nuevo vocalista, pero nada más. Todo el mundo está nerviosito: ¿Podrán levantar cabeza tras el batacazo de "Almost a Dance"? ¿Quién será el nuevo maromo de cuerdas vocales cavernosas?... En estas, a mediados de 1995 se publica "Mandylion", sin lugar a dudas un punto de inflexión para el grupo. Y qué inflexión.


"MANDYLION" (1995)

Renacer policromado

Días después de la publicación de "Mandylion" muchos metaleros mundiales (bastante de ellos del género cavernícola) se llevan las manos a la cabeza. ¿Qué? ¿Una piba como frontwoman de la gran esperanza del doom/death europeo?... Y de nuevo hay que poner las cosas en contexto: hace 25 años, la simple imagen de una chica rodeada de rudos melenudos del guitarreo fue una auténtica provocación. Unos cuantos integristas huyeron despavoridos, pero otros muchos se acercaron con curiosidad a la gran novedad, y alucinaron, como es lógico.

"Mandylion" fue una revolución en la escena metálica europea, por muchas razones: voz femenina limpia (angelical, dijeron algunos) al frente de esos muros de guitarra de afinación (aún) muy grave, un concepto más bien atmosférico de las composiciones, un evidente deje progresivo y un sonido orgánico en el que teclados e instrumentos "raros" (para los estándares de la época) forman parte indisoluble de un intrigante e hipnótico sonido. Anneke se siente sorprendentemente cómoda en medio de toda esta innovación, tanto que todas las letras (de aquí en adelante) son suyas. La lírica se hace más personal y sus melodías vocales fluyen en un magma lleno de contrastes, a veces soñador, a veces intimista, emocional, y por momentos, simplemente alucinógeno.

El tema de apertura y primer single, "Strange machines", salta a los charts holandeses en una privilegiada posición para un grupo metalero. Su poderoso, perfecto riff de entrada a medio tiempo y su explosión posterior puede servir para ecualizar cualquier equipo de música que se precie. Anneke relata una pequeña historia de paseos por el tiempo, con su épica de andar por casa. Resulta cautivadora desde el comienzo, y anuncia con energía lo que va a venir. "Eléanor", tema lento de poderosos riffs, otra vez, comienza a dar una idea de lo que es capaz de hacer Anneke con su garganta. Se alternan los cambios de ritmo y la batería de Hans se acelera al ritmo de los atmosféricos teclados hasta explotar en esa cabalgada sónica rota por el piano en un pegadizo compás. "In Motion #1" tiene una delicada atmósfera soñadora con un curioso compás en 3x4, parecido a un vals, y algo que resultará constante en la carrera del grupo: una perfecta utilización de los "tiempos muertos" y del crescendo. "Leaves" es puro romanticismo eléctrico, con una muy personal letra de Anneke sobre una ruptura sentimental, un desarrollo algo más homogéneo y unas guitarras perfectamente empastadas con el ligero delay de la voz. Aquí tenéis su videoclip oficial, el primero que rodó la banda.


Tras "Fear The Sea", quizás el tema menos reseñable del álbum, llega el instrumental "Mandylion", que destapa las esencias: toque levemente folk y tribal, pieza de música introspectiva, primer flirteo con la electrónica y la entrada de Anneke a los coros en una pequeña joya que siempre me ha recordado a DEAD CAN DANCE, otra de sus grandes influencias. "Sand and Mercury" es el opus magnus del disco, sin duda. Tres piezas musicales unidas con una estructura que de inmediato nos lleva a los grandes del progresivo de los 70, convenientemente actualizados. El juego rítmico piano-bajo-batería va expandiendo la canción lentamente hasta entrar en un grandioso acelerón eléctrico siempre contenido para ralentizarse después con la entrada de Anneke, creando una delicada y onírica atmósfera que trata de imitar el sonido del océano, de las mareas... Hans lo describe con la imagen de "perseguir ballenas en mar abierto", lo que puede parecer una estupidez sólo si nunca has escuchado el tema. "In Motion #2" cierra el disco como continuación directa de la #1, con esas cuerdas reforzando el sentimiento de vals (podría ser bailable si uno supiera bailar) y un emocional crescendo de Anneke y de toda la banda con ella. Sublime.


A partir de aquí THE GATHERING ya no será nunca más un grupo de death/doom y, aunque aún se les podía incluir en la sección metal de las tiendas de discos, esto iba a durar poco. Un clásico en toda regla, y uno de esos discos que abren brecha y marcan ruta a seguir, junto con el debut de THEATRE OF TRAGEDY del mismo año. De una u otra forma grupos como LACUNA COILWITHIN TEMPTATION, TRISTANIA, DRACONIAN, AFTER FOREVER, NIGHTWISHÉPICA y un largo etcétera recorrieron el sendero abierto por "Mandylion". Incluso tuvimos su reflejo mainstream con los EVANESCENCE. ¿Recuerdan aquella flor de un día? Yo tampoco.


"NIGHTIME BIRDS" (1997)
Poderosa melancolía

A nivel de ventas, y no digamos ya de crítica, "Mandylion" funcionó muy bien. Tras la consiguiente gira europea y la primera experiencia de Anneke liderando el cotarro encima de las tablas, no tardaron mucho en entrar de nuevo en estudio con el mismo productor, Siggi Bemm. En cierto sentido, "Nighttime Birds" es una obra continuista, aunque con mil matices. Incorporan a su denso sonido de guitarras un órgano Hammond, los ritmos se hacen algo más monolíticos, y los tempos más unidireccionales. Paralelamente, Anneke experimenta un poco más con su voz, con notable éxito.


Concebida como una obra parcialmente conceptual, "Nighttime Birds" centra todo su poder lírico en la naturaleza como metáfora de diferentes estados mentales: las estaciones y sus cambios de texturas, colores y sonidos juegan un papel fundamental. Continuas referencias visuales y sonoras al invierno, al lento fundir de la nieve o al suave titilar de las estrellas como parte integrante del espíritu humano, una especie de paganismo ecológico ("The Earth Is My Witness", ¡ahí queda eso!) que configuran un disco con pocos altibajos estilísticos aunque con extraordinarias salidas de tono, que quizás sean lo mejor de todo. "On Most Surfaces" es un potente comienzo, perfectamente reconocible, de guitarras densas y ritmo cadencioso. "The May Song" cuenta con una de las mejores lineas vocales de Anneke, subiendo y bajando y haciendo espirales, muy juguetona. "New Moon, Different Day" contiene un suave halo de oscuridad casi épica. Y entonces llega "Third Chance", la primera sorpresa del álbum, la apisonadora machacona para enajenarse en directo, con un groove in crescendo muy rockero que mantiene la tensión hasta una explosión rítmica en la que la batería se acopla a un ritmazo casi techno, dirigido por un estribillo muy pegadizo y bailongo. Tras la euforia, sobredosis de melancolía con "Kevin´s Telescope", una preciosa filigrana melódica en la que Anneke hace lo que le da la gana con su voz y que cuenta los pensamientos de un niño con los pies plantados en la arena de la playa, pero con la mirada perdida en el cielo estrellado, al son de unos delicados teclados que imitan un cello. "Shrink", el tema que cierra el disco, es otra joya, probablemente uno de los temas más emocionales de THE GATHERING, y paradójicamente, uno de los más desnudos: un piano, una suave línea de bajo y la voz doblada de Anneke son suficientes armas para poner los pelos como escarpias en esta emocionante historia de pérdida y redención.

Por primera vez, THE GATHERING salen de gira fuera de Europa. Prueban en Sudamérica, y el éxito es sorprendente, especialmente en México, que desde entonces se va a convertir en una especie de bastión personal del grupo. Anneke ya está consolidada en el seno de la banda, nuevo éxito de ventas y... nuevo punto de inflexión. THE GATHERING sienten que ya lo han dicho todo en un género en el que fueron fundacionales, y abandonan para siempre el sonido metálico para adentrarse en nuevas experimentaciones, para dar una nueva vuelta de tuerca a su sonido. Del doom metal al space-rock en tres pasos.


"HOW TO MEASURE A PLANET?" (1998)
Psicodelia espacial

Si con "Mandylion" el grupo ya puso a prueba al personal, repiten el desafío con "How To Measure A Planet?" (HMP a partir de ahora). Cambio de productor y estudios de grabación. Disco doble, cerca de dos horas de música. La afinación de las guitarras sube, la distorsión se convierte en excepción y los largos desarrollos instrumentales en norma. A la decena de instrumentos con los que contaban añaden jugueteos con el didgeridoo y el theremin y una cada vez más abundante base de programaciones electrónicas. Y Anneke, además de escribir todas las letras, comienza a componer y tocar la guitarra acústica. El sonido general de la banda se vuelve más volátil, ligero, cadencioso, abstracto, experimental. Clavan sus ojos y orejas en el cosmos con ritmos suaves y melodías soñadoras, con puntuales ataques guitarreros, siempre comandados por la voz de Anneke, que con la ausencia de distorsión gana aún más espacio (nunca mejor dicho). Las referencias ya no están en la Tierra, sino en el cosmos, en las ansias de libertad, de exploración y de conocimiento. Pura psicodelia en el fondo y en la forma ("Red Is A Slow Colour", ¿qué clase de título es ese?).

"Frail", el primer tema, es una declaración de principios sobre el nuevo sonido de la banda. "Great Ocean Road" retoma algo la distorsión, mientras que "Rescue Me" es una suave maravilla intimista con un crescendo marca de la casa y una parte central absolutamente lisérgica, en el que esa cosa rara electrónica, el theremin (o eterófono) toma protagonismo en las manos de René. Todo un espectáculo verle tocarlo en directo, doy fe. "My Electricity" es la primera canción compuesta íntegramente por Anneke, en la que también toca la acústica, otra joyita calmada con un leve toque onírico. Con "Liberty Bell" regresa la caña, despegamos de la Tierra en un reactor y miramos atrás con una sonrisa. Vuelta a la distorsión (¡incluso en la voz de Anneke!) y a la energía rítmica, ese tema para desfasar en directo que ya se ha convertido en marca de la casa. 


"The Big Sleep" hace honor a su nombre, en el buen sentido; "Marooned" tiene un entrecortado ritmo percusivo, ensoñador estribillo y espectacular in-crescendo. "Travel" comienza como un delirio de serie B y va dando altibajos de intensidad en su extenso minutaje. Ya en el disco 2, "South American Ghost Ride", instrumental, va dedicada a esa gira por las américas que comentaba antes, con algunos samplers de voz, un curioso regustillo étnico y el didgeridoo metiendo caña. "Illuminating" podría ser un delicioso tema de neo-jazz sin mucho problema. "Locked Away" tiene un esqueleto acústico bajo una dominante línea vocal de Anneke y distorsiones varias y "Probably Built In The Fifties" ya juega abiertamente con la electrónica sucia y el vocoder para Anneke, tema que logra una intensidad de cojones. El largo viaje acaba con el tema título, un delirio instrumental de muchos minutos psicodélicos, con suaves coros de Anneke y sonidos sampleados de discursos vintage de la era espacial, transmisiones en ruso y voces que se dedica a recitar fórmulas matemáticas relacionadas con la rotación y la medición de la masa y longitud de la Tierra. Todo ello embutido en un simpático desarrollo instrumental con cierta tendencia ruidista, que lo mismo podría recordarte a los momentos más delirantes de LOS PLANETAS como a los KING CRIMSON más perjudicados.

Cristina (LACUNA COIL) y Anneke, girando juntas

Como podéis suponer, "HMP" es todo un universo por explorar. Inabarcable en una sola escucha, requiere tiempo y paciencia (y quizás otras sustancias adicionales) para ir desgranando toda su belleza. Posiblemente el disco más difícil (¡y extenso!) del grupo, pero el que les asentó como auténticas estrellas en México (allí eran dioses, llenaban estadios) y los colocó como punto de referencia del rock de vanguardia en Europa, compartiendo espacio en las revistas especializadas con gente como RADIOHEAD o SLOWDIVE. Cosas de la vida. Próximamente, más de los mismos...


La reunión continuará...